Cuando debemos comprar algo lo de acostumbre, aquí en República Dominicana como en Latino América en general, es confiar en el producto del amigo. Esta fue una buena regla en cuanto se podrían evitar muchos engaños y comprar más seguramente.
Con los tiempos actuales esto puede ser menos provechoso en cuanto el amigo sabe que eres su cliente y por lo tanto no es que se preocupe de darte siempre lo mejor, aunque piensas que así es, él va aprendiendo simplemente cuáles son los puntos débiles para aprovecharse más de consecuencia crearte problemas con el tiempo.
Hoy la competencia es muy grande y aprendemos a considerar antes de todo la empresa que nos puede servir mejor, más allá de la amistad. Quien nos puede dar el producto que necesitamos pero con el mejor servicio evitándonos los problemas es lo que realmente nos hace ganar. No se trata solo de comprar, sino de tener la confiabilidad en el momento de la necesidad.
Las amistades de negocio es mejor que sean distintas porque a veces nos involucran en situaciones que pueden comprometer la integridad de la empresa y muchas veces crear problemas. Como clientes debemos poner nuestros intereses antes que todo y el suplidor debe estar en la condición se servirnos constantemente.
Escribo esto porque cada día veo esta preferencia en la compra de la empresa y el “amigo” suplidor muchas veces se aprovecha de la situación no entregando la misma calidad, retrasando la entrega y cuanto más, y esto en honor a la amistad, esto implica, muchas veces, pérdida de tiempo y dinero en nuestra empresa.
Hay muchas personas que se avalan de sus amistades sin preocuparse mucho de su profesionalidad creando así un sector de clientelismo más que de competitividad.
En los tiempos actuales si queremos que nuestra empresa funcione debemos mirar más a nuestra profesionalidad y evitar estos tipos de conflictos. Si un suplidor no funciona es mejor cambiarlo y no que nos lance también a nosotros al fracaso.
Esto vale también para nuestras ventas, si puntuar a la competitividad es mucho mejor que basarse solamente en las amistades. Nos pondrá correctos con estas últimas y hábiles para encontrar también otros clientes.
Evaluemos que nuestro producto-servicio esté a la altura del mercado para desarrollar el sistema de venta más adecuado a encontrar al cliente que se necesita, las amistades serán así solo una parte de nuestro volumen alejándonos de situaciones que a veces pueden resultar incomodas.
Me acuerdo que desde jovencito me decían, tu cliente debe ser tu amigo, hágaselo amigo. Después de veinte años en el sector empresarial, nunca he querido que el vendedor sea mi amigo ni tampoco el gerente porque si mañana hace algo que no me agrada lo cancelo y ya, tener una relación de amistad complicaría esto. La competitividad es más importante y es inútil perder tiempo en la amistad, hay mucha gente que no piensa igual, busca solo una poción cómoda y de favor, llevarnos de estos juegos es solo una pérdida de tiempo.
Como vendedor te enseñan a ser muy amigo de tu cliente, pero muchas veces el cliente no quiere ser tu amigo y lo mejor es demostrarle que tu profesionalidad tiene más valor que tu amistad porque es esto lo que necesita. El necesita un profesional que le resuelva su problema de compra y no un amigo para ir a almorzar o a jugar al golf.
Trabajar para destacar nuestra indiscutible profesionalidad es una buena técnica de diferenciación con la competencia que nos hace ganar mucho más credibilidad dándonos más oportunidad.
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Paolo.
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